Sueños a la carta - Parte I -

Tendría que remontarme muy lejos para poner un inicio a lo que os voy a contar, así que me voy a quedar con las primitivas danzas espirituales africanas, como el culto a Shango [dios de la tempestad de los Yorubas de Nigeria]. Algunos de sus bailes tenían una función de inducción al trance y para ello, mientras sus cuerpos se movían rítmicamente, miraban hacia el Sol con los ojos cerrados pasando sus manos rápidamente por delante de la cara.

El efecto que creaba la luz del Sol con las sombras de sus manos, [unido a una música repetitiva] les llevaba a un estado de suspensión de los sentidos.

Pegando un salto temporal y continental, en 1959, Brion Gysin [escritor, pintor, artista…], inventó la primera máquina de sueños de un modo similar a lo que hacían los Yorubas. Resulta que Gysin conducía a menudo entre largas hileras de árboles y comenzó a darse cuenta que cuando el Sol se filtraba a través de los troncos, le llevaban a un estado alterado de conciencia.

Basando esta experiencia en las prácticas sufís para la visualización de fosfenos, junto a su amigo Ian Sommerville [matemático], ideó un sistema artificial que recreaba ese mismo estado con una simple bombilla, un cilindro de cartón y un tocadiscos. Este artefacto [al que llamó Dreamachine] generaba un estado cerebral, similar al que se produce mientras soñamos.

Dreamachine es un cilindro giratorio, de 65 cm de alto con recortes de diferentes tamaños y cuyo centro tiene una bombilla de 200 w. Cuando el cilindro gira a 78 rpm, emite de 7 a 13 flashes por segundo. El usuario se sienta frente al cilindro con los ojos cerrados y la luz que emana de las perforaciones del cilindro giratorio se refleja sobre los párpados. Estos rayos de luz generan en el cerebro la producción de ondas Alfa de alta amplitud. Si estáis familiarizados con técnicas de relajación Zen, sabréis que este ritmo de ondas se producen sólo en estados de concentración y meditación muy avanzados.

Si queréis fabricaros una Dreamachine aquí tenéis las instrucciones.

Para los más vagos he encontrado alguien que las hace por encargo y os cobra una pasta.

Y para todos, una versión on-line de Dreamachine. Y otra que te da la posibilidad de cambiar el color y los hercios.

Si vais a probar; relajaros, poned música tranquila [sin letra], respirad lentamente, CERRAD los ojos y contadme qué habéis visto. Por favor, ABStenerse epilépticos.

Y para finalizar, el último caso de máquina de sueños famosa que puso en marcha hace poco más de un par de años la empresa de juguetes japonesa Takara Co, cuando comenzó a comercializar el Yumemi Kobo [Taller de sueños]. El juguetito en cuestión, prometía hacer sueños a medida.

Su equipamiento consiste en un sistema de grabación de voz, luces, un dispensador de fragancias, un monitor fotográfico y un archivo musical con un temporizador. Lo único que hay que hacer con él es crear el guión del sueño, es decir; colocamos la foto de la persona o cosa con la que queremos soñar, grabamos unas cuantas palabras y frases que describan nuestra fantasía, seleccionamos un tema musical y una fragancia y lo ponemos en marcha. Él se encarga de que durmamos relajados mientras proyecta luces suaves por la habitación. Se supone que está programado para que se active durante la fase REM [cosa que desconozco como intuye… -imagino que simplemente se activa en un tiempo determinado y si casualmente estás en REM, genial, sino, te fastidias-], de modo que emite periódicamente las frases que has grabado, la música y la fragancia elegida y de esta manera te induce un sueño. Al cabo de ocho horas te despierta con luces suaves, simulando la luz de un amanecer, para evitar que un sobresalto te haga olvidarlo todo.

Personalmente me quedo con el invento de Gysin y la sensación de la luz del Sol filtrada entre los árboles, que he experimentado hoy conduciendo por Soria.

Contadme vosotros más, please!